Por: Providencia Rossi Pujols
Desde siempre he sido partidaria de la necesidad de que en el país se revise el currículo de la educación a nivel general y muy en particular de que se extienda en cuanto a tiempo y calidad la cobertura de la asignatura de historia Dominicana.
A propósito de la discusión sobre la propuesta de crear un museo a la Era de Trujillo, realizada por el diputado por San Cristóbal, Leivin Guerrero y que ayer la presión de un grupo de representantes de entidades anti Trujillistas mientras se realizaban las vistas públicas en el Congreso, provocó que el presidente de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, Manuel Jiménez ordenara sacar de la sala al nieto del dictador, Ranfis Domínguez Trujillo, refuerza la convicción de que hoy más que nunca se hace necesario que los niños y jóvenes dominicanos estudien paso a paso y a profundidad cada uno de los episodios de nuestra historia.
Siendo entonces la llamada Era de Trujillo, uno de los mas recientes y negros episodios vividos por el pueblo dominicano, lo pertinente es que cada uno de los dominicanos desde la mas temprana juventud conozca en toda su magnitud la crueldad, la saña, la coartación de las libertades públicas, la rapiña, los asesinatos que se vivió durante esos largos 30 años.
En eso si creemos firmemente, no en un museo regenteado y auspiciado por el nieto del hombre más cruel de Latinoamérica, que seguro intentará destacar algunas cosas que muchos se encargan de vociferar como positivas del régimen.
Pero como siempre digo, es necesario aprender a colocarse en el lugar de los demás; yo prefiero colocarme del lado de aquellas madres, padres hermanos, hijos que perdieron a sus seres queridos a manos de Trujillo, a los que jamás le podemos pedir que entiendan las razones que tiene el nieto de Trujillo a inculcarle al pueblo las bondades del régimen de su abuelo, porque ni él ni nadie podrá devolverle a esas madres sus hijos asesinados, ni a esos miles de hijos que quizás jamás conocieron a su padre o su madre sencillamente porque se cruzaron con los intereses del sátrapa y éste los asesinó.
Confiamos en que la comisión del congreso que dirige las vistas públicas para dirimir el impase, sabrá colocarse del lado del mejor interés del pueblo dominicano, rechazando todo intento de hacer resurgir en República Dominicana el germen de la dictadura.
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