MADRES OJO CON LOS TRASTORNOS ALIMENTICIOS DE SUS HIJOS
El
Instituto de Desarrollo Educativo y Psicológico (IDEP) ofrece asesoría y
tratamientos para combatir estos trastornos de alimentación
Al momento de pensar en nuestra
alimentación, es más importante la actitud y sentimientos que tenemos en cuanto
a lo que ingerimos que la manera en que lo hacemos. A todos nos ha pasado que nos brincamos el
desayuno porque nos levantamos tarde, sin embargo la manera en que nos sentimos
al respecto es donde radica el problema. Una persona con una dificultad en la
alimentación se siente bien de no haber comido y cuando al fin lo hace porque
el hambre lo vence, entonces se siente culpable. Existen varios tipos de trastornos de
alimentación que se pueden presentar en niños y adolescentes.
La psicóloga Lucía Perelló, directora del Instituto de Desarrollo
Educativo y Psicológico (IDEP), cuenta el caso de una niña de 13 años, quien
empezó a preocuparse por su cuerpo y decidió ponerse a dieta. “Su interés se
desarrolló a raíz de una clase de danza que empezó a tomar y observó que sus
amigas estaban todas delgadas. Luego de llevar una dieta por unos meses, llegó
a un peso adecuado, sin embargo se seguía viendo “gorda”. La cantidad de comida que ingería al día era
cada vez menor, por lo tanto se puso en riesgo su salud y los padres de Karina
empezaron a preocuparse.”
Esta joven sufría un trastorno de la alimentación que se conoce
como anorexia nerviosa. Se
caracteriza por un rechazo persistente por los alimentos para no ganar peso. En
estos casos la persona sufre una alteración de la imagen corporal.
Así como esa historia se presentan otros casos en el IDEP como el
de otra jovencita de 14 años, quien también empezó a perder peso con dietas e
ingiriendo muy pocas calorías hasta caer en la anorexia. Sus padres lograron
que acudiera a un especialista, pero ella pasó de no comer prácticamente nada a
comer descontroladamente. Al ver que su peso incrementaba rápidamente decidió
provocarse el vomito cada vez que se sentía culpable por ingerir tanta comida.
Por lo tanto, paso de la anorexia a
la bulimia.
La piscología Perelló explica: “La bulimia se produce cuando una
persona ingiere grandes cantidades de alimentos de manera descontrolada y luego
se induce el vomito o utiliza laxantes debido a una gran necesidad de adelgazar
y deshacerse de las calorías adquiridas.”
Otro trastorno muy común es el trastorno por atracón. Este se caracteriza por una ingesta de alimentos de manera
compulsiva y sin control. Este puede ser causado por cualquier distorsión o
cambio emocional que experimente la persona como depresión, ansiedad, estrés.
Estas personas, en muchas ocasiones padecen de obesidad.
¿Qué provoca estos
trastornos?
Existen factores sociales, psicológicos y familiares que influyen
en que los niños y jóvenes padezcan estos desordenes. En muchos casos, en la
familia hay una o varias personas con algún trastorno de la alimentación o con
preocupación excesiva por la apariencia física. La presión que reciben los
niños y adolescentes por parte de sus compañeros juega un papel muy importante.
En esta etapa suelen dejarse llevar mucho por los pensamientos y actitudes de
los demás.
Lo social y psicológico entra en relación ya que las personas con
trastornos de la alimentación tienden a tener baja percepción de sí mismos, por
lo tanto se dejan influenciar de los demás para lograr aceptación. Les preocupa
e importa mucho lo que piensen los otros. La inconformidad persistente con
respecto a su cuerpo afecta su estado de ánimos y puede llevar a presentar
síntomas de depresión como falta de sueño y cambios radicales de humor, quejas
constantes del aspecto físico, sentimientos de culpa y angustia.
El perfeccionismo es otro factor que se observa en estos casos, se
plantean expectativas personales bien altas. Muchas personas que sufren de
trastornos de la alimentación presentan los síntomas de un trastorno de la
personalidad.
¿Cómo detectar los
síntomas?
En el IDEP ofrecen herramientas para que los padres puedan
detectar estos trastornos a tiempo. A nivel físico los padres pueden observar
síntomas como disminución de peso en muy poco tiempo y anemia. También pueden
presentar pérdida del cabello y en caso de las adolescentes descontrol en el
proceso menstrual. El interés excesivo en realizar ejercicios físicos también
es un signo de un trastorno de la alimentación.
Perelló aconseja que “lo primero que los padres deben hacer es comunicarles
a sus hijos su preocupación por su estado físico y emocional. En ocasiones el
niño o adolescente puede negarse a aceptar que tiene un problema. No se debe
forzar a nada a menos que los padres consideren que su salud está en riesgo.”
Luego debe acudir a los profesionales necesarios ya que esto
requiere de una atención multidisciplinaria. Es probable que deba acudir al médico
(ya sea pediatra o nutricionista) y al psiquiatra y psicólogo. En algunos
casos, dependiendo de la condición de salud tanto mental como física, algunos
requerirán ingreso hospitalario o en un centro especializado.
Para más información sobre el IDEP puede visitar en su página en
Facebook o en Twitter @IdepRD o visitar las instalaciones ubicadas en la calle
Rafael Augusto Sánchez #46, Edificio Ana Judith, apto 103, Naco en Santo
Domingo, con los teléfonos (809) 549-5027.
DATOS IMPORTANTES
• La anorexia
nerviosa es la 3era. enfermedad crónica más común entre las adolescentes.
• La anorexia
nerviosa es más común en las adolescentes.
• Alrededor del 50%
de las personas afectadas por trastornos de la alimentación también sufren de
depresión.
• Los trastornos de
alimentación son más común entre los 14-16 años de edad, sin embargo se comienzan
a presentar alrededor de los 8 años.
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