miércoles, 3 de noviembre de 2010

YA NO HAY MÁS MINERVAS


 YA NO HAY MÁS MINERVAS


Por: Providencia Rossi Pujols
 Minerva, ya han pasado 50 años desde que la mano de la bestia te alcanzó. Tu patria  chica, (Salcedo), ahogó entre  sábanas el llanto, la ira, la impotencia y el dolor de tu partida esa tarde de noviembre; todos te querían. Y la patria grande, esa que aún derrama lágrimas de sangre, por tu sangre y por la sangre  de cada una de las hijas que  a diario le son arrebatadas en nombre del amor, aun te aclama.
Puedes acaso entender ese amor?  Minerva,  tú que por amor a la libertad del pueblo que te vio nacer, fuiste capaz de enfrentar con valentía la furia bestial  de un déspota llamado Trujillo, de  entregar lo más preciado, la vida.
Todos sabemos, que te fuiste así tan tranquila, entonando canticos de libertad, de respeto a la dignidad humana, a sabiendas de que  negabas  a los hijos de tu sangre el privilegio de llamarte  Mamá;  pero marchaste con la esperanza de hacerte más fuerte cada día y destronar al sátrapa. Lo lograste, sabias?...
Lo que tal vez no sepas es que, disfrutando esa libertad que siempre anhelaste, tus hermanas dominicanas, las que cada 25 de noviembre caminan por las calles de tu país, celebrando tu grandeza, tú hazaña, van dejando la vida en cada paso; aquellos que un día les prometieron amarlas en las buenas y en las malas, ahora  las golpean, las ofenden, las asesinan en nombre de algo que llaman amor.
Ya  termina el año y los periódicos, (ah… te cuento, ahora aquí hay una docena de periódicos impresos, igual número de televisoras y algo que no tuviste el privilegio de conocer, la Internet, donde se publican otros tantos periódicos digitales),  anuncian fríamente las estadísticas;  de cuantas dominicanas han sido asesinadas por sus maridos, amantes, novios, ex novios o enamorados, cada año es igual.
Sabias, Minerva, que en tu nombre se celebra cada 25 de Noviembre, el  Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer; ese día,  Instituciones públicas, privadas, Organizaciones No Gubernamentales encabezan  caminatas, encuentros, charlas y demás,  para recordarte.
Pero igual,  cada día siguen las violaciones de niñas, jóvenes, ancianas y esas Instituciones se rebotan la responsabilidad de una a la otra; si es que una u otra mujer tiene la valentía de denunciar acoso, maltrato, violación o  amenaza de muerte, ante las autoridades, te vejan nuevamente, haciéndote sentir culpable del hecho, o es tanta la burocracia, complicidad, encubrimiento, que termina como despojo humano o en el  cementerio.
Te cuento, Minerva: recientemente un hombre asesinó a su esposa embarazada, de un tiro en la cabeza, el hecho causó indignación en la sociedad, pero que crees, un juez lo sentenció sólo a dos años de cárcel, no por el crimen sino por utilizar un arma ilegal. Te revolviste en la tumba, claro, una legalista como tú.
Te hubieras imaginado eso, Minerva, mientras organizabas las Células  del 14 de Junio en San Francisco o la Capital, no verdad;  es que lo tuyo no fue un asunto pasional, sino de conciencia, una preclara inteligencia que te gritaba que los dominicanos teníamos el derecho, al igual que otros ciudadanos del mundo a  expresar libremente nuestras  ideas. Tus ideales Minerva,  eso  despertó la ira de la bestia, no tu belleza, no tú condición de mujer.
Pero igual seguimos amordazados,  Minerva, siguen muriendo los hijos e  hijas de ésta tierra que amaste; sólo ha cambiado el verdugo, ahora  quien dice amarnos se convierte a menudo en la mano que aprieta el gatillo; pero Ya no hay más Minervas.  
Sigue revoloteando tus alas de Mariposa libre,  Minerva, allá tan alto como  estés, ahí no te alcanza  más la mano de la bestia,  la impotencia de la injusticia, la mordaza, la indiferencia,  ni la furia de un amor asesino.




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